domingo, 22 de diciembre de 2019

Complicaciones y cuidados del síndrome de Reiter

Para escoger la terapéutica adecuada, lo ideal es un equipo multidisciplinar, que tenga en cuenta la gravedad del cuadro clínico, y que tenga como objetivo principal el de minimizar el dolor y reducir la inflamación, y sobre todo la prevención de las recidivas o la progresión hacia la enfermedad crónica.
Según las guías europeas para el tratamiento del SARA, la terapéutica de primera línea debería incluir, el reposo absoluto, fisioterapia, fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINES) y la inyección de corticoides intraarticulares. Actualmente no existe ninguna evidencia de la superioridad de un determinado AINE frente a otros. En los casos resistentes a los tratamientos convencionales con AINES, pueden ser eficaces los corticoides y la sulfasalazina. El metrotexato se reserva para la enfermedad refractaria y persistente con una duración superior a 3 meses.
Durante la infección genitourinaria aguda se debe administrar la antibioterapia adecuada.
Los agentes queratinolíticos como los corticoides y el acido salicílico tópico, suelen ser suficientes para el control de las lesiones cutáneas leves y moderadas. En el caso de lesiones refractarias a los tratamientos tópicos o formas graves, el metotrexato o el acitretino, pueden ser una alternativa.
Hay que tener en cuenta que el síndrome de Reiter tiene una evolución variable. El período natural es de 3 a 12 meses, pudiéndose resolver espontáneamente o evolucionar hacia la cronicidad. Puede todavía tener un comportamiento fluctuante con períodos de remisión y recidivas, tanto a nivel de las molestias articulares, como de otros síntomas. Los pacientes con HLA-B27, tienen mayor riesgo de evolucionar a enfermedad crónica y por ello necesitan de una mayor vigilancia.
Adjunto una foto con uno de los síntomas relacionados con el síndrome de Reiter, la conjuntivitis.
                        

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