El síndrome de Hunter no tenía cura hasta hace relativamente
pocos años, por lo que el tratamiento iba enfocado a paliar los signos y
síntomas de la enfermedad. Actualmente hay un tratamiento aprobado en diversos
países que trata el déficit de la enzima I2S, que consiste en la reposición de
la enzima de forma artificial o genéticamente manipulada por vía intravenosa
una vez por semana. Se han demostrado notables mejorías en los síntomas y, administrada
con antelación, puede evitar la aparición de algunos síntomas. Otra terapia que
aún está por investigar con profundidad es la génica, reemplazando el cromosoma
responsable de producir la enzima.
En el caso de evitar el tratamiento de reemplazo se tratará
de aliviar los síntomas:
De complicaciones respiratorias, con la extracción de las
amígdalas y adenoides, abriendo las vías respiratorias, aliviando la apnea del
sueño.
De complicaciones cardíacas, evaluando el médico la
viabilidad de un transplante de las válvulas cardíacas.
De tejido conectivo, mejorando la flexibilidad y rigidez de
articulaciones con fisioterapia.
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