viernes, 20 de diciembre de 2019

Tratamiento Síndrome de Werner

El síndrome de Werner es una condición muy frecuente, habiendo recibido hasta ahora relativamente poca atención por parte de la comunidad científica. Siendo además un trastorno de tipo genético, no existe en la actualidad un tratamiento que permita curar esta condición. Sin embargo, existen investigaciones que buscan hallar métodos para frenar el envejecimiento acelerado y que parecen prometedoras a la hora de mejorar la expresión de proteínas y la funcionalidad del gen WRN, si bien aún están en proceso de investigación y no en fase de ensayo.
En la actualidad, el único tratamiento que se aplica es fundamentalmente sintomatológico. Por ejemplo, problemáticas como las cataratas cuentan con la posibilidad de ser corregidas mediante cirugía. También puede ser necesaria cirugía ante la presencia de tumores (que también pueden precisar quimioterapia o radioterapia) o en algunos problemas cardíacos (por ejemplo ante la necesidad de la colocación de un marcapasos). Las personas que padezcan esta alteración también deberían realizarse controles periódicos con el fin de controlar y poder tratar problemas cardíacos, la tensión arterial y los niveles de colesterol y azúcares en sangre, entre otros.
Se hace imprescindible llevar un estilo de vida activo y saludable, con un alimentación baja en grasas y con realización regular de ejercicio. Alcohol, tabaco y otras drogas pueden ser muy perjudiciales, debiendo evitarse. También la fisioterapia y estimulación cognitiva son de utilidad para opreservar la funcionalidad de estos sujetos.
Asimismo el factor psicológico es también muy importante. En primer lugar será necesaria la psicoeducación con el fin que el sujeto y su entorno puedan comprender la situación y los posibles problemas que pueden derivarse, así como orientar y elaborar conjuntamente diferentes pautas de actuación para hacer frente a las dificultades.
Otro aspecto a tratar especialmente es el estrés, la ansiedad y la angustia que probablemente puedan acompañar al diagnóstico o al padecimiento de la enfermedad, pudiendo ser necesario aplicar diferentes tipos de terapia tales como la de gestión del estrés, de la ira o de las emociones o la reestructuración cognitiva.
Trabajar con el paciente que supone para el envejecer e intentar generar interpretaciones más positivas puede ser de utilidad. Asimismo, a través de terapias como la familiar sistémica se puede trabajar la implicación y sensaciones de cada uno de los componentes del entorno con respecto a su vivencia de la situación.
Por último y dado que se trata de un trastorno genético, se recomienda el uso del consejo genético con el fin de detectar las alteraciones que generan el trastorno y comprobar. Si bien los descendientes de estas personas son portadores de las mutaciones que causan la enfermedad, no es habitual que se desarrolle el trastorno a menos que ambos progenitores lo posean (se trata de un trastorno autosómico recesivo).

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